NO es necesario cambiar muy a menudo de crema,
porque al hacerlo facilitamos que nuestra dermis se sensibilice frente al
exceso de principios activos. “Solo deberíamos cambiar cuando varíen las
necesidades de nuestra piel. Si un determinado producto nos funciona, no hay
razón para sustituirlo”
Durante las primeras semanas de uso, evidentemente, los resultados se notan
más, pero la crema no deja de hacer efecto pasado ese tiempo . Al usarlas por
primera vez, sus beneficios antiedad, de hidratación, antimanchas… se
aprecian rápidamente y a simple vista porque “los necesitamos”. Pero una vez
conseguidos esos efectos, se notarán menos, aunque no por ello la crema deja de
cumplir su cometido. Una vez acalarado esto, solo habrá que estar atentos a
futuros cambios de la piel. A medida que vayamos cumpliendo años necesitará más
nutrición y más cuidados antiedad. Lo mismo sucede si cambiamos de lugar de
residencia y pasamos a vivir en una ciudad seca y con más polución… pues
escogeremos tratamientos ricos en antioxidantes y vitamina C.
Ojo con la humedad.
“Para mantener unas condiciones óptimas de salud
y belleza, la piel necesita agua y, en ocasiones, la que está en el ambiente le
llega de una manera más directa que la que proporcionamos bebiendo un vaso de
agua”,. La clave, por lo tanto, está en la humedad ambiental. “Una piel que
pierde humedad por el hecho de estar demasiado expuesta al calor o la sequedad,
tendrá unas células poco cohesionadas y, en consecuencia, será más débil y
proclive a descamarse. El exceso de humedad también es malo: si nuestra piel
retiene mucha agua, eso significa que también tiene una enorme capacidad para
retener ácidos grasos, que pueden llegar a ser irritantes. Por eso es
fundamental sentirse bien con el producto que usemos. Si la piel está bien, es
que este presenta unas condiciones óptimas de humedad. En ese caso, ¿para qué
cambiarla por otra?”.
TEN EN CUENTA..
· Si
un producto funciona, no es necesario usar otro. Solo
los cambios bruscos en el nivel de humedad o o una osiculación en las hormonas
pueden alterar el estado de nuestra piel. En esos casos, habrá que darle lo que
pidan sus nuevas condiciones.
· La
piel no se acostumbra a las cremas, esta
idea es un mito. Pasado el periodo en el que el tratamiento actúa por primera
vez, los resultados serán menos visibles, pero seguirán siendo igual de
efectivos.
· Si
una crema nos beneficia y cuida la piel
dejándola como queremos, es un signo evidente de que nuestro cutis está
recibiendo todo lo que necesita.
· Se
pueden añadir productos a nuestro
cosmético inicial, si el estado cutáneo así lo exige, pero cuanto menos
experimentemos, menos posibilidades de reacciones alérgicas tendremos.
Por ello te recomendamos probar las cremas de LiquidFlora, naturales, biológicas, veganas y adaptables totalmente a tu piel para proporcionarte todo aquello que necesitas.
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